Alejandro Lengua nació el 17 de octubre del año 1989 en Bruselas- Bélgica. A los once meses arribó al Perú, para quedarse y crecer en Lima, donde vivió en el distrito limeño de Santa Anita.
Inicialmente Alejandro vivía en Surco, en casa de su papá, junto a el, su mamá y su hermano mayor. Por cosas de la vida, su mamá se separó de su papá, y es ahí donde el y su familia (mamá y hermano mayor) decidieron irse a vivir a Santa Anita, esto ocurrió cuando Alejandro tenía tres años, meses después nacería Augusto, el hermano menor de Martín y Alejandro.
Ya en Santa Anita, comenzó a estudiar la primaria en el colegio Rita Castro, en el cual continuó sus estudios hasta 5to año de primaria, precisamente ese año fue cuando Alejandro comenzó a sentir un especial interés por el fútbol, y le gustaba pararse bajo los tres palos y ser el arquero de su equipo.
En sexto de secundaria, Alejandro experimentó un cambio de colegio el cual hizo que pasara de un colegio donde todos los chicos eran niños, a un colegio donde ya los niños comenzaban con las enamoradas, el fútbol seguía siendo igual de practicado que en su anterior colegio. En este último colegio, Alejandro terminó sus estudios.
El año 2005 volvió a ver a su abuelo paterno luego de más de ocho años, esto debido a que su mamá, Carmen Olivares, les preguntó a el y sus hermanos si querían ir, siendo la respuesta un SI rotundo. Alejandro conoció una parte ignorada por el hasta ese entonces, su abuelo había sido médico de Universitario de Deportes, club con el cual Alejandro se identificaba.
Su abuelo prometió llevarlo a jugar por la U, es ahí donde el sueño de Alejandro, de ser futbolista profesional comenzaba a formarse. Una tarde de febrero, en el Estadio Monumental de Ate, Alejandro llegó al estadio con su abuelo, quien no necesitó permiso de nadie para entrar y pedirle al entrenador de turno hacerlo jugar a su nieto.
Javier Chirinos, quien era entrenador de la categoría de Alejandro,

le dio la bienvenida al equipo, Alejandro debutó esa misma tarde en un partido amistoso, en el cual su equipo ganó por tres goles a dos, con dos goles suyos.
Alejandro fue marcando goles, y cada tarde, en partidos de practica, anotaba goles de todos los tipos, con izquierda, con derecha, de cabeza, o con la rodilla. Lamentablemente, Alejandro era corto de vista, y eso dificultaba su rendimiento, es por eso que terminó siendo el arquero de su equipo, y se convirtió en el único arquero del campeonato que tapaba con lentes, generando curiosidad entre los asistentes y los árbitros, que al consultarle a Alejandro si podría tapar con lentes, siempre escuchaban la misma respuesta: "Si puedo".
Alejandro se fracturó el brazo, meses antes de debutar en la segunda división, por el América Cochahuayco, y actualmente estudia Periodismo Deportivo, para seguir ligado tanto al fútbol como a otros deportes, que es lo que le gusta y apasiona.
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